Todos sabemos la importancia de tener el seguro correcto. Para que la protección sea adecuada, el seguro ha de ser el correcto, y que los valores o capitales asegurados (importe máximo de la indemnización que percibiremos en caso de siniestro) representen la realidad de nuestro patrimonio.
Si pensamos que se nos puede quemar toda la casa, deberíamos comprobar que el capital de continente (elementos inmuebles) alcanza para reconstruir el inmueble con las mismas calidades constructivas que tenía, y que el capital de contenido (elementos muebles) fuese el necesario para reponer todos los elementos que lo componen (muebles, electrodomésticos, enseres, ropa, objetos de decoración, libros, etc.) en el momento del siniestro. Además, sería conveniente que la reposición se efectuase a valor de nuevo; es decir, por el importe que suponga comprarlos nuevos en ese instante. Si esto no ocurriese, diríamos, utilizando la jerga aseguradora, que habríamos incurrido en un infraseguro, situación que debemos evitar a toda costa.
No olvidemos que el coste de un seguro (prima) está en función de estos capitales asegurados. Si son insuficientes pagaremos menos prima, pero el seguro será ineficaz, pues no alcanzará a indemnizar el verdadero valor del daño.
Coberturas esenciales y personalización
Hay otra serie de importantísimas cuestiones que hemos de tener en cuenta para una correcta protección aseguradora. ¿Dónde vamos a dormir la noche siguiente al incendio? Nuestro seguro (si lo tenemos contratado, lógicamente) nos cubrirá esa contingencia a través de una cobertura denominada “inhabitabilidad”. Y lo hará, aunque seamos nosotros los únicos damnificados y no salgamos en las noticias.
Nuestros seguros también podrán tener otras coberturas tales como Responsabilidad Civil, por si nuestro incendio se propaga a vecinos colindantes o a la comunidad, o gastos de extinción, para evitar posibles sorpresas con la tasa de los bomberos. Además, tenemos otras coberturas que pueden mejorar nuestras pólizas, tanto a nivel de particulares como de empresas: indemnización diaria, pérdida de beneficios, gastos adicionales, extensión de garantías, roturas de maquinaria, transportes, etc., por citar algunos ejemplos.
Las pólizas de seguro ofrecidas por entidades bancarias, a menudo vinculadas a la contratación de una hipoteca, suelen pasar por alto estas consideraciones esenciales. Para estas entidades, lo primordial es asegurar la reposición del edificio en caso de siniestro, garantizando así la recuperación de la hipoteca otorgada. Sin embargo, es muy probable que estas pólizas no brinden cobertura para los bienes muebles (contenido) de los propietarios o inquilinos del edificio.
La póliza de la comunidad de propietarios, en caso de existir, tampoco serviría para esto último, pues estas solo incluyen como objeto cubierto el edificio pero no los contenidos privados. Posiblemente, tampoco incluirán coberturas de inhabitabilidad y otras similares.
¿Cómo podemos ayudarte?
- Asesoramiento experto: Nuestro equipo está aquí para guiarte a través de las opciones de seguro, explicarte las coberturas disponibles y ayudarte a tomar decisiones informadas.
- Soporte continuo: La vida cambia y, con ella, tus necesidades de seguro. Estamos aquí para ajustar tu protección a medida que evolucionan tus circunstancias.
Contacta con nosotros. Juntos, podemos asegurar que estás preparado para lo que pueda traer el mañana, con la confianza de que lo que más valoras está protegido.