Normalmente las noticias relacionadas con «descubrimientos» (lo que los anglosajones llaman barn finds o descubrimientos en graneros) van de la mano de ofertas de coches en grandes subastas internacionales. Cuando la noticia llega al gran público tienen un claro fin comercial, los descubridores han guardado celosamente el secreto hasta que tienen la ocasión de poner en venta el tesoro descubierto. Eso las veces que nos resultan más creíbles, otras el asunto huele (mucho) a montaje comercial para lanzar el interés del coche o moto encontrado y así subir su valor cuando pase bajo el martillo del subastador.
Volvemos a los «Barn Finds», sorprendentes descubrimientos, joyas ocultas durante años que salen a la luz
Esta vez, sin embargo, la noticia se ha difundido una vez el coche ha sido vendido, no obstante la historia es tan peculiar que creemos se merece una líneas en este blog sobre motor clásico. Es verdad que la sorpresa que hasta hace unos años provocaban los grandes descubrimientos de coches abandonados era grande, recordemos la colección Baillon que salió a la luz a finales de 2014, pero a día de hoy andamos algo saturados de noticias de este tipo.
Un Isotta Fraschini de 1924 es el cochazo en cuestión
Vendido en una subasta celebrada en Arizona (EEUU) a principios de este año por 434.500$. Ha pasado la mayor parte del pasado siglo escondido hasta que fue «descubierto» en un almacén donde era conservado. El coche fue fabricado a demandad de Filippo Bolzari de Milan, pero nunca fue entregado a su comprador. Es, además, la primera unidad del Tipo 8A, el coche insignia y más caro de la marca, con el detalle adicional de que dos carroceros intervinieron en su construcción. Recordemos que en aquellos años los fabricantes de coches entregaban chasis y motor para que fueran carrozados a gusto del comprador.
El coche clásico se quedó en las instalaciones del fabricante, las razones de este extraño hecho se han perdido con el transcurso del tiempo, pero lo que sí sabemos es que ha llegado hasta nosotros en perfecto estado. Primero fue el coche de muestra para los clientes que querían adquirir un modelo igual, poco tiempo después, el coche fue guardado en un almacén lejos de la fábrica, lo que lo salvó de ser destruido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial que arrasaron la fábrica.
El coche tiene un motor de ocho cilindros y más de 7.000 cc con una potencia de 110 CV. Con un cambio de tres marchas es un coche de grandes dimensiones, con volante a la derecha como podemos ver en la fotografía adjunta. El coche ha recibido un mantenimiento constante mientras ha estado almacenado. Las ruedas se las cambiaron hace unos 35 años, los fluidos han sido cambiados cuando les correspondía y la mecánica también se ha cuidado periódicamente. Por eso tras 90 años parado el coche anda perfectamente.
Por la forma en que estaba diseñado el coche la comunicación con el conductor se hacía a través de una botonera situada frente a los asientos posteriores, como podemos ver en la imagen, al pulsarlos se le podía indicar la dirección o el destino que deseaban los pasajeros. Detalles barridos por el veloz avance del tiempo que son recuperados para solaz de nuestra curiosidad gracias a algunos precavidos, y escasos, conservadores de reliquias a los que agradecemos de todo corazón tamaña constancia.