Nuestro anterior artículo versaba sobre el Biscúter, ese minicoche que tan popular fue en nuestro país a finales de los años 50 del siglo pasado. Obra de Gabriel Voisin una persona con una sorprendente historia, pionero en el mundo de la aviación de principios del siglo XX, se dedica, tras la Primera Guerra Mundial, a fabricar coches de lujo y, con setenta años, tras la Segunda Guerra crea el famoso Biscúter.
Hay vidas que sorprenden, inquieto y emprendedor se movió en muy diferentes ámbitos profesionales y en todos ellos brilló
Gabriel nace en la ciudad francesas de Belleville en 1880 y desde muy joven demuestra sus excepcionales dotes para la mecánica y el diseño industrial, en sus vacaciones veraniegas, antes de principios del siglo XX, había construido junto a su hermano dos años menor que él, un rifle, un barco a vapor y un automóvil (aún no había cumplido los veinte años).
Pionero, exitoso empresario en la fabricación de Aviones
Tras completar su formación en la Escuela de Bellas Artes de Lyon se traslada a París donde visita, en el año 1900, una exposición que muestra un extraño avión (Avion III era su nombre) con alas de murciélago y motor a vapor, es la chispa que dispara su interés por el mundo de la aviación. En 1912 consigue tener su propia fábrica (Appareils d’Aviation Les Frères Voisin la primera fábrica de aviones comerciales del mundo) , uno de sus principales clientes es el ejército Francés, durante la Primer Guerra Mundial sus aviones serán de los más empleados en la misma no sólo por los franceses, también proveerá al ejército Ruso.
Muchos miles de unidades de sus aviones más avanzados serán fabricados durante el conflicto principalmente sus modelos III, V y VIII, uno de ellos lo podemos ver en la imagen de más arriba.
Una vez acabada la guerra, so pretexto de estar traumatizado por el uso militar de sus creaciones, decide abandonar la fabricación de aeronaves. Realmente se queda sin mercado, la demanda de la aún naciente aviación civil es inexistente en ese momento. Dirigirá su atención hacia el mundo del automóvil de lujo, bajo la marca Avions Voisin producirá coches que serán valorados como los mejores y más lujosos coches de su tiempo (aún hoy el afortunado poseedor de uno de estos vehículos tiene en su poder un tesoro). Tuvo también un notable éxito en competición.
Sus coches fueron, siguen siendo, admirados y deseados
Sus coches aplicaban muchos de los conocimientos adquiridos en el mundo de la aviación, el uso de metales ligeros en sus componentes o válvulas de camisa corredera tipo Knight, típicas de motores de avión, eran detalles que junto a su gusto por el lujo, las líneas rectas y el trabajo artesanal lanzaron sus diseños al estrellato. Los modelos, como el C25 Aerodyne de 1935 que presentamos a continuación, y que, hoy por hoy, siguen ganando concursos de elegancia y de altos precios en las concentraciones y subastas más prestigiosas del mundo, confirman la vigencia de sus creaciones.
La época de mayor esplendor de esta marca coincide también con los «Felices 20» del siglo pasado, que ya comentábamos en un artículo anterior haciendo referencia a la exposición que sobre los coches Art Déco se va a celebrar en el Museo de Arte Moderno de Carolina del Norte, donde echamos en falta alguno de los coches creados por Voisin. Su final va de la mano, con el «Crack del 29» se acaba ese período y el mercado de los coches de lujo se hunde. Pocos años después con el principio de las hostilidades en Europa se ve abocado a cerrar su empresa. Llegó a fabricar ciclomotores, y casas prefabricadas su ingenio era realmente poderoso.
Hijos profesionales y creatividad hasta el final, una despedida gloriosa
Un detalle no queremos dejar de mencionar, a principios de los años 30 Voisin reduce su plantilla de diseñadores, entre ellos se encuentra André Lefèbvre, que se presenta ante Louis Renault con una carta de recomendación firmada por el mismo Gabriel Voisin, no será contratado y acabará trabajando para Citroën. El resto es historia, participará (junto a Flaminio Bertoni) en la creación de tres de los coches más icónicos del Siglo XX, el Citroen 11 Ligero, el 2 CV y el DS, ahí es nada. Muchos de sus conocimientos y desarrollos futuros tendrían su origen trabajando a las órdenes de Voisin.
Fallece el 25 de Diciembre de 1973, antes ha tenido tiempo de parir el Biscúter como un último destello de creatividad y lucidez. Su vida es un ejemplo de ingenio, tesón y esa facilidad para adaptarse a la realidad que le toca vivir, tomaremos nota.
Aseguramos coches clásicos, protegemos lo que nos apasiona: la historia del motor.