Un artista expresa a través de sus obras lo que sus ojos ven, dicho así parece una obviedad, pero la sencillez puede ser engañosa. Jacques Henri Lartigue fue un fotógrafo feliz, su corazón iluminó sus fotografías y reflejó su vida llena de curiosidad en un ambiente confortable.
Fotografió su mundo con mirada curiosa en un tiempo nuevo e inocente, los primeros años del automóvil, belleza de un tiempo que pasó
Un fotógrafo, que siempre se consideró amateur pues su verdadera pasión era la pintura, hoy llega hasta nuestra página de la mano de sus fotos de coches de carreras, algunas de ellas absolutamente imprescindibles, veamos porqué.
El fotógrafo de la alegría y de los coches de carreras
La perspectiva que obtenemos del archivo fotográfico de Lartigue es impresionante por dos razones, envidiables ambas, su longevidad y su acomodada cuna que le permitió vivir de forma desahogada. Sus imágenes nos transportan a un tiempo en que aparecen los primeros coches, los primeros aviones, un tiempo en que frecuenta canchas de tenis, viajes a la Costa Azul o a Biarritz, practica la vela, y el remo, una verdadera semblanza vital de una familia burguesa en la Francia de principios del siglo pasado.
Nacido en 1894 en Courbevoie, Francia fallece en 1986 en Niza. Recibe su primera cámara a los siete años de manos de su padre, un banquero aficionado a la fotografía, es entonces cuando empieza a fotografiar, consigue crear una colección de más de 200.000 fotografías en el transcurso de su vida.
Sus lentes han enfocado coches de todos los tipos, eran una de sus aficiones, teniendo la suerte de vivir en un tiempo en que todo era nuevo. No empieza a ser reconocido hasta una fecha tardía a raíz de la publicación por la revista americana LIFE en 1963 de algunas de sus fotografías, entre las que se encontraba la que aparece más arriba, lo que le abre las puertas a exponer en el MOMA de Nueva York y a la fama como fotógrafo de culto.
Comentar como curiosidad que la técnica empleada, causante de la deformación de los vehículos en la citada imagen, dando una sensación de velocidad y movimiento, no es intencionada. De hecho la fotografía estuvo olvidada durante años pues fue considerada por su autor como un fallo de la cámara. Obsérvese como los espectadores aparecen inclinados y deformes en el fondo.
Retromobile le dedica una retrospectiva.
Estos días que esta en plena celebración el evento Retromobile en París (del 3 al 7 de febrero), le dedican una exposición retrospectiva dentro del recinto ferial celebrando su pasión por los coches de carreras. Realmente fascina la frescura y naturalidad con que refleja las escenas, para él cotidianas, tan distintas y cautivadoras para nosotros.
Fue su propia humildad considerándose un simple aficionado lo que dio a su fotografía ese halo de inocencia, pero fue su mirada inquieta la que ha conservado para nosotros imágenes de épocas y de gentes que de otra forma nunca habríamos contemplado. La página web de su fundación nos sirve de referencia.
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