Durante los últimos años la del Cavallino Rampante, la marca que todos deseamos y que pocos podemos poseer, ha sonado con fuerza, pero este 2017 viene con el título de Ferrari. Estamos seguros, durante este año será considerada, de forma definitiva, el icono de los fabricantes históricos. Una marca en el Olimpo de la imagen, del diseño y el glamour, máximo baluarte del marketing automovilístico.
Marca por antonomasia de entre todos los fabricantes de coches
Y es que este año se cumplen 70 desde que il Caballiere presentara el primer modelo bajo su propio nombre, años antes había dejado Alfa Romeo y había decidido establecerse por su cuenta, movido por su imparable ímpetu competitivo. En el camino hasta conseguir su independencia se encontró con dos escollos insalvables, uno legal y otro vital.
Los inicios son difíciles para todos sin excepción
El legal hace referencia al contrato de no competencia que Enzo Ferrari firmó con Alfa Romeo en 1938, sus antiguos patronos, y que le impedía fabricar ningún vehículo bajo su propia marca hasta transcurridos cuatro años. Sabemos que Ferrari no estuvo parado, Auto Avio Costruzioni le ayudó a pasar ese período de barbecho creando el primer Ferrari de la historia, aunque no con su nombre propio.
Hubo otro obstáculo, este sí totalmente insalvable, La Segunda Guerra Mundial causante de que la actividad de Il Comendatore se retrasara hasta el año 1947 cuando presenta el Modelo 125, el primer coche con la marca Ferrari con un aspecto más que parecido al Auto Avio Costruzioni 815 (foto de más arriba). Por supuesto ese primer Ferrari era un modelo de competición, único fin real de toda la actividad que Enzo desarrollaría a lo largo de su vida profesional.
La gasolina que movía toda la máquina Ferrari
Hay que recordar que los coches de carretera, los modelos que Ferrari fabricaba para la venta comercial no eran más que la gasolina que la máquina de competición de la marca necesitaba para seguir funcionando. El verdadero amor de Il Comendatore era la competición (siempre deficitaria, siempre necesitada de recursos adicionales), los modelos fabricados para su comercialización eran el mal necesario, un medio imprescindible para obtener liquidez.
Visto así parece que la desgana moviera a este impresionante constructor, tal vez no sea más que una visión simplista de la realidad, pero cuando vamos al fondo de los hechos, de las motivaciones que mueven el mundo, es lo que encontramos. Si analizamos la historia de la marca veremos que cuando en 1963 Ford trata de adquirir Ferrari las negociaciones saltan por los aires en cuanto Enzo Ferrari ve peligrar su continuidad como director del equipo deportivo tras una posible absorción por parte de la marca americana.
Para poner la guinda al pastel, al «Año Ferrari», en la próxima Rétromobile de Paris, que tendrá lugar los próximos 8 al 12 de Febrero, RM Sotheby´s subastará un Ferrari-Alfa Romeo. Se trata de un coche de la Escudería Ferrari original, antes de que perteneciera al propietario de su nombre. De los tiempos en que nació tal escudería, cuando aun era propiedad de la marca del trébol de cuatro hojas, hablamos del año 1934 y de un Alfa Romeo Tipo BP3 (otra burrada, la subasta comienza en los 3.8 millones de Euros, ahí es nada).
El protagonismo de Ferrari es apabullante, su imagen magnífica, sus precios inalcanzables para el común de los mortales. Por eso seguiremos soñando, con ese sentido de desapego y deseo que tiene lo inalcanzable. Porque imaginemos por un momento que tuviéramos un Ferrari en la cochera, ¡qué problema sería!. Por eso como decía la zorra de Esopo para qué queremos las uvas si están verdes…
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