A veces me siento como el pastor de la fábula de Esopo gritando cada pocas semanas ¡que viene el lobo!, pero cada vez la realidad se obstina en desmentir mi aviso. Mi temor tal vez esté influido por la experiencia que en estas tierras se vivió hace ya unos años, casi diez que estalló la burbuja inmobiliaria, quién lo diría. Otra vez estamos aquí, otro Ferrari sale a subasta, esta vez el récord está cantado. No sabemos cuántos más podrá soportar el mercado, la economía mundial, los bolsillos de los muy ricos o de las grandes corporaciones.
Tal vez el mercado sea estable y la burbuja no estalle nunca
En esta ocasión se trata de un Ferrari 250 GTO de 1962, el segundo de los de los 36 únicos que fueron fabricados de su clase. Dicen que es el modelo clásico más deseado, será por eso que su precio de partida es de 45 millones de Libras (casi 52.5 millones de Euros al cambio actual). Habitualmente este tipo de coches solo se mueven en transacciones privadas entre los coleccionistas más ricos, pero Talacrest, la empresa vendedora, ha decidido hacerlo de forma pública en esta ocasión. Tal vez su propietario John Collins, antiguo reportero gráfico reconvertido en vendedor de Ferraris clásicos, ha querido aprovechar el tirón para prestigiar su empresa, ubicada en Ascot, sede de un famoso hipódromo donde se pasea lo mejor de la aristocracia británica.
El Santo Grial de los clásicos, difícil de encontrar
No es un coche fácil de encontrar en las subastas de clásicos el último que pudimos ver apareció en 2014 cuando la casas Bonham subastó uno en los EEUU por un precio de 35 millones de Euros. Tenemos que remontarnos a 1990 para encontrar otro GTO en una subasta. El que nos ocupa hoy salió de fábrica en Marzo de 1962 y Ferrari lo empleó para realizar tests del modelo antes de ser vendido a un equipo de competición norteamericano, fue el primer GTO que participó en alguna carrera, siendo el segundo clasificado en las 12 horas de Sebring.
Su historial deportivo es grande y exitoso, pero su historial de ventas es aún mejor, en 1969 fue vendido por 5.400$, ese mismo año volvió a cambiar de manos por 11.000$. En 1975 volvió a venderse, esta vez por 13.000$, este propietario lo restauró para venderlo en 1978 por 125.000$. Los últimos cuarenta años el coche ha estado expuesto en un museo.
Un precio absolutamente de locura
El precio pedido por el coche da para comprar 245 nuevos Ferrari 488 o 4.500 SEAT Ibiza. Aunque lo que realmente delata ese precio es el nivel de importancia (o de locura) que están adquiriendo las piezas representativas de la historia de la automoción, equiparándose a obras de arte de los más prestigiosos autores.
Probablemente esta tendencia se estabilice y permanezca en el futuro, desautorizando a los que alguna vez opinamos, desde la sensatez y la prudencia, del absoluto despropósito. Porque los vehículos clásicos tienen un innegable valor, histórico y cultural, que debe reflejarse en su valor de mercado, pero de ahí a los precios que aquí hoy se citan hay un abismo habitado por no sabemos qué clase de amenazas…
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