Hablar de historia del automóvil, como hemos hecho en nuestros recientes artículos, es una tarea difícil. Mientras escribimos nos hacemos conscientes de la belleza desaparecida y esto siempre hace daño al corazón, perder la información que nos permitiría recrearla, o al menos entenderla mejor, también es doloroso. Por eso las personas que se dedican con ahínco a la labor de conservar esa belleza deben ser reconocidas, y ese es el fin de esta entrada.
La historia, como la vida, es un libro escrito sobre el viento. Sólo nos queda lo creado
Hace poco más de un año hacíamos referencia por estas páginas al personaje del que hoy vamos a hablar, su nombre es Corrado Lopresto, y era con motivo de la edición de 2015 del Salón Retromobile de Paris donde nos dejaba ver una parte de su magnífica colección. Arquitecto y empresario milanés, dedica la mayor parte de su tiempo a pasear sus exclusivos cacharros por todas aquellos concursos de elegancia donde le permitan aparecer.
Obras de arte, gracias a su labor
Poseedor de verdaderas joyas exclusivas, restauradas a su formato original hasta en el más mínimo detalle, ostenta premios de los concursos de elegancia más importantes que se celebran por el ancho mundo. Este tipo de eventos son muy parecidos a las concentraciones en las que solemos participar el resto de los aficionados, con la pequeña diferencia de que los coches allí expuestos multiplican por cien o por mil el precio de los nuestros.
Pero este detalle, el de moverse en ambientes «excesivamente refinados» (no podemos usar la palabra pijos en un blog serio como este), no quita ni un ápice de valor al trabajo que este aficionado está llevando a cabo. En una entrevista grabada en vídeo nos explica cuál es su filosofía, a pesar de estar en italiano y con subtítulos en inglés el vídeo es bastante fácil de entender. Nos cuenta su historia, de cómo empezó a enamorarse del motor clásico, del detalle y el amor con que lleva a cabo su labor de restauración.
Una colección al alcance de todos
El vídeo nos permite también entrever algunas de las piezas de su colección aunque si queremos ver de verdad lo que se aloja en su excelso garaje debemos echar un vistazo a su web, este enlace nos conduce directamente a la página que muestra su colección basta clickar sobre «Mostra Tutti» para que se despliegue todo el catálogo.
Veremos que la totalidad de sus piezas son de origen italiano, todas piezas únicas, adquiridas precisamente por ello. El estado inicial de muchas de ellas era totalmente lamentable, abandonadas durante años, la labor de recuperación ha sido ardua y detallada. Confiesa Lopresto su pasión por el diseño italiano, y su trabajo de investigación para, al restaurar cada uno de los coches que posee, llevarlos al mismo estado que tenían cuando fueron fabricados, color, tapicería o cualquiera de las piezas que forma parte del vehículo.
Somos conscientes de que su colección es mucho mayor de la mostrada en su página web, pero ahí nos deja ver sus mejores piezas. Sin embargo no es una cuestión de la cantidad de vehículos en poder de este caballero, lo que trasciende, lo que de verdad queremos resaltar, lo que envidiamos en definitiva, es su labor y su filosofía. Más que dedicarse a coleccionar se podría dedicar a enseñar.
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