Leyendas, esas historias que hemos oído contar por nuestros abuelos desde que eramos unos chavales, y que, acostumbrados a ellas, las consideramos una distracción válida para las frías noches de invierno. La mayoría no son más que eso, cuentos para distraer el tiempo, otras veces nos sorprenden al convertirse en realidad, de una de ellas queremos hablar hoy en nuestro blog de seguros de coches clásicos.
El Bugatti del Lago
Todo esto ocurrió hace unos años en el Lago Maggiore, ubicado en la ciudad de Ascona, Suiza. Un vehículo era rescatado de sus aguas, llevaba sumergido más de 73 años, un montón de herrumbre y fango, una chatarra que conforme iba saliendo a la superficie mostraba sus estilizadas líneas, a pesar del deterioro sufrido, se trata de un Bugatti Brescia Modelo 22 de 1925, toda una belleza.
Cuando el tiempo pasa y difumina historias ocurridas mucho tiempo atrás terminan conviertiéndose en leyendas urbanas, en cuentos que van desfigurándose, y al final nadie sabe a ciencia cierta como ocurrió todo. Los vecinos de Ascona sabían de la existencia de un coche en el fondo del lago, no uno cualquiera, un coche con enjundia.
Cómo llegó allí es otra cuestión, según a quién queramos escuchar, unos dicen que un famoso playboy de aquella época ganó el coche en una partida de póker y tras introducirlo en el país los agentes de aduanas le exigieron el pago de las tasas de importación, algo que un curtido juerguista no estaba dispuesto a hacer frente, aunque hubiera podido hacerlo. El vehículo fue requisado y, dadas las normas de la época en materia de impuestos, el vehículo fue hundido en el lago.
Otros cuentan que un famoso arquitecto polaco de la época introdujo el coche en el país sin tener en cuenta las famosas tasas de importación y se encontró con el mismo problema de falta de liquidez, el resto de la historia lleva al mismo resultado, coche hundido.
Ya en nuestros días la historia de cómo el coche es reflotado tiene un origen menos romántico, un chaval del club de buceo local es asesinado por una banda juvenil en el año 2008, su padre y algunos socios del club crean una fundación contra la violencia juvenil y para financiarla deciden sacar el pecio, cuya ubicación se conocía desde su avistamiento por otro buceador en 1967.
Al reflotarlo comprueban que el estado del vehículo es lamentable, pero a pesar de ello contactan con la oficina de Bonham, famosa casa de subastas londinense especializada en vehiculos clásicos, y la sorpresa es que lo tasan en 70.000€. Pero ahí no queda el tema, el vehículo es subastado, al año siguiente, en el Salón Retromobile de París y el precio que paga por él un conocido nuestro, Peter Mullin y su museo de los Ángeles, asciende a 260.000€.
Mr. Mullin exhibe el coche en el mismo estado en que es sacado del agua, sin la más mínima intención de restaurarlo, su museo, donde predominan los Bugatti, quiere respetar la historia de este coche, tanto es así que la luz del lugar donde es expuesto es escasa para simular las condiciones del fondo del lago donde ha estado descansando tantos años.
Desde nuestro blog de seguros de motos clásicas te contamos todas las curiosidades acerca del apasionante mundo del motor clasico, que nos apasiona.