Si hay una época que dejó huella en la historia del coche clásico europeo, son sin duda los años 80 y 90. Fue un período en el que surgieron vehículos que no solo cambiaron la forma de conducir, sino que también marcaron tendencias en diseño, tecnología y seguridad. Muchos de ellos hoy se consideran coches clásicos, y forman parte del grupo de los youngtimers, esos coches que ahora tienen más de 25 o 30 años y que están empezando a ser valorados como piezas de colección.
Volkswagen Golf GTI Mk2
El Volkswagen Golf GTI Mk2, producido entre 1984 y 1992, consolidó el concepto de compacto deportivo. Con motores de 1.8 litros que entregaban entre 112 y 139 CV en la versión 16V, el Golf GTI Mk2 se convirtió en el coche soñado por toda una generación de jóvenes europeos. Su carrocería más estable y sus mejoras en suspensión y frenos lo hicieron destacar frente a otros compactos de la época, y no es de extrañar que muchos recuerden sus largas tardes ajustando y personalizando cada detalle de su Golf.

BMW Serie 3 E30
El BMW Serie 3 E30, fabricado entre 1982 y 1994, fue otro modelo que dejó huella. Disponible desde motores de 4 cilindros hasta el M3 E30 de 2.3 litros y 200 CV, el E30 ofrecía un equilibrio entre rendimiento, confort y fiabilidad que pocos coches lograban. Su éxito en circuitos y en la calle convirtió a esta generación en un referente de la conducción deportiva europea, y hoy sigue siendo uno de los clásicos más buscados por coleccionistas por su manejo preciso y su diseño atemporal.

Peugeot 205 GTI, coche clásico francés
En Francia, el Peugeot 205 GTI (1983-1999) se convirtió en un icono de los compactos deportivos. Ligero, ágil y con motores de 1.6 y 1.9 litros (105 y 130 CV), su conducción sorprendía para un coche de su tamaño. Su versión de rally, el 205 T16, dominó competencias internacionales, y en la calle muchos propietarios recreaban esa estética con adhesivos y franjas de colores, consolidando su fama como coche divertido y técnico a la vez.

Mercedes-Benz 190E (W201)
El Mercedes-Benz 190E (W201), conocido como “Baby Benz”, introdujo en las berlinas compactas un nivel de calidad y seguridad hasta entonces reservado a modelos más grandes. Producido entre 1982 y 1993, sus motores iban de 1.8 a 2.6 litros y fue pionero en incorporar ABS y airbags, demostrando que la seguridad podía ser estándar sin comprometer la conducción. La versión 2.3-16 Cosworth, orientada al rendimiento, se convirtió en un icono de ingeniería y refinamiento que aún hoy impresiona a los amantes de los clásicos europeos.

Lancia Delta HF Integrale
Por último, el Lancia Delta HF Integrale, que apareció en 1986, es un ejemplo perfecto de cómo un coche de calle podía llevar la tecnología de competición a la carretera. Con motor turbo de 2.0 litros y tracción total, se convirtió en leyenda gracias a sus seis campeonatos consecutivos en el Campeonato Mundial de Rallys. Su diseño robusto, su rendimiento y su espíritu ganador lo hacen uno de los clásicos más apreciados por los coleccionistas actuales, y un símbolo de la revolución técnica de los 80 y 90.

Estos cinco modelos sentaron las bases de muchos de los conceptos actuales en el automóvil: compactos deportivos ágiles, berlinas premium con sistemas de seguridad avanzados y coches de competición adaptados a la calle.
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