Actualmente, cuando pensamos en una moto de fabricación japonesa, se nos vienen a la mente las palabras calidad, fiabilidad y velocidad. Hoy en día la industria del motociclismo en Japón cuenta con tecnología de vanguardia y sus motos están presentes en las grandes competiciones de motociclismo de todo el mundo. Pero esto no siempre fue así. En el artículo de hoy os hablamos de los 80, el momento en el que las motos japonesas despuntaron, convirtiéndose en lo que son ahora.
Durante los 70, el mercado de las motos estaba dominado por la fabricación europea. Marcas como Ossa, Bultaco o Ducati ofrecían máquinas de muy buena calidad y llenaban los podios de gran parte de las competiciones mundiales. Hasta ese momento, las marcas japonesas como Honda o Kawasaki se centraban en la construcción de motocicletas de ciudad, sin demasiadas pretensiones.
No es hasta los años 80 cuando la industria del motociclismo japonés despegó por completo. A principios de esta década se estableció una guerra entre japoneses por desarrollar la mejor moto, con más tecnología, prestaciones y diseños avanzados. Las marcas niponas comenzaron a lanzar modelos comerciales como la Yamaha FZ750 con 5 válvulas por cilindro y carburadores en posición vertical que buscaban obtener un mayor flujo de entrada en gasolina al motor, la Suzuki GSXR750, la famosa Kawasaki Gpz 600R o la Honda VF1000R, con una tecnología moderna pero cara y pesada para conducción deportiva.
Además de estos modelos, las marcas japonesas siguieron trabajando en los motores 2 tiempos, sin escatimar en gastos, y sacaron al mercado modelos derivados de competición como la Honda NS400R, con motor tricilindrico en “V” a 90º, con los dos cilindros paralelos situados horizontalmente hacia delante, la Yamaha RD500LC, con motor en “V” de 4 cilindros y una estética de auténtica G.P., o la Suzuki RG500 Gamma.
En estos años dorados, las motocicletas japonesas ya empezaban a desbancar a las motos españolas, italianas e inglesas y comenzaban a ganar competiciones sin parar. Incluso BMW tuvo que adoptar una estrategia de marketing completamente distinta para afianzar su mercado. De esta forma, las motos japonesas se hicieron un hueco en el mercado mundial y se convirtieron en sinónimo de calidad y tecnología.
¿Eres tú también amante de las motos japonesas? ¿Tienes alguna moto clásica en tu colección? Desde Alfonso Fígares te recordamos que tenemos el mejor seguro de motos clásicas al mejor precio. No te olvides de probar nuestro tarificador para saber por cuánto te saldría.